Urano podría haber lucido extraño cuando la nave espacial Voyager 2 de la NASA sobrevoló.

12 Noviembre 2024 1818
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Algunas de las peculiaridades aparentes de Urano podrían deberse a una mala sincronización.

En 1986, la nave espacial Voyager 2 pasó volando por el planeta, registrando misterios de su campo magnético. Resulta que Urano podría haber estado en un estado inusual. Un evento de viento solar días antes del sobrevuelo comprimió la magnetosfera del gigante planeta, informan los investigadores el 11 de noviembre en Nature Astronomy. Esa compresión podría explicar varios enigmas de larga data sobre Urano y sus lunas, y también podría informar la planificación de futuras misiones (SN: 4/20/22).

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"Simplemente lo capturamos en este momento excepcional en el tiempo", dice Jamie Jasinski, físico del plasma espacial en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California. "Si hubieras sabido eso antes, habrías cuestionado todo lo que midió Voyager 2."

Voyager 2 descubrió que la magnetosfera de Urano, la burbuja de magnetismo que rodea a un planeta, era extraña. Parecía carecer de plasma, un componente común de las magnetosferas de otros planetas. Y tenía cinturones inexplicablemente intensos de electrones energéticos.

Jasinski y sus colegas revisaron los datos que Voyager 2 recopiló meses antes del sobrevuelo (SN: 2/1/86). El equipo descubrió que la densidad y la velocidad del viento solar, una corriente de partículas cargadas que emanan del sol, aumentaron constantemente durante días. La presión de ese viento solar habría comprimido la magnetosfera de Urano, reduciendo su tamaño de unas 28 veces el diámetro de Urano a más o menos 17 veces en una semana. La compresión podría explicar tanto la falta de plasma como los intensos cinturones de radiación, según Jasinski.

De hecho, el equipo calcula que Uranos se encuentra en el estado en el que Voyager 2 lo encontró solo el 4 por ciento del tiempo. Eso significa que gran parte de lo que sabemos sobre la magnetosfera de Urano no representa un día típico allí.

"Realmente no sabemos nada sobre Urano, porque fue un único sobrevuelo", dice Corey Cochrane, un físico espacial también en el JPL.

Por otro lado, el nuevo hallazgo significa que podría ser más fácil para alguna futura misión buscar océanos bajo la superficie de las lunas de Urano, Titania y Oberon.

Los astrónomos pueden detectar océanos en lunas heladas si orbitan dentro de la magnetosfera. El agua salada responde al campo magnético que la rodea y produce su propio campo magnético, que las naves espaciales pueden captar. Si la magnetosfera de Urano es normalmente más grande de lo registrado por Voyager 2, esas lunas deberían estar bien dentro de ella, por lo tanto, serían buenos lugares para buscar mares subterráneos.


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