Palabras de aliento para adolescentes neurodivergentes: Autoestima y TDAH.
Un estudiante vino a mí sintiéndose enojado y frustrado. "¡No puedo evitarlo!" gritó, "Mi cerebro es horrible". Estas palabras me partieron el corazón. Sentía que su TDAH era un problema. Y no está sola. He escuchado a demasiados niños neurodivergentes decir cosas similares sobre sí mismos.
El camino para aprender y aceptar quién eres no siempre está completamente pavimentado, especialmente cuando hay una diferencia de aprendizaje, una condición o una discapacidad involucrada. Cuando tu hijo o estudiante se sienta triste o desanimado, aquí hay algunas cosas que necesitan escuchar sobre su perfecta neurodiversidad:
1. ¡Tu cerebro es asombroso! Si tu cerebro es responsable de esta cosa que sucedió (o a veces de muchas cosas que sucedieron) y no te gustaron, tu cerebro también es responsable de las otras millones de cosas sobre ti que sí te gustan y que forman parte de ti.
Tu condición es solo una parte de ti. ¿Una parte importante? Absolutamente. Pero aún así, solo una parte. No te estoy pidiendo que te separes de tu condición, sino que te veas como un todo. Piensa en las cosas que te están yendo (o te fueron) bien, como el hermoso proyecto de arte que hiciste, la exhibición de LEGO realmente genial que diseñaste y construiste, o la broma graciosa que contaste que hizo reír a tus amigos y profesores a carcajadas. Tu cerebro hace esas cosas porque todas sus partes son asombrosas.
2. No estás solo. Ser diferente puede hacer que te sientas aislado, especialmente cuando tienes una discapacidad o diferencia invisible. Podrías pensar que eres el único con tus experiencias, y que nadie más lo entiende porque no tienen que lidiar con la vida de la misma forma que tú. Tu papá no lo entiende porque lo sabe todo. Tu mejor amiga no lo entiende porque siempre saca buenas notas. Aunque tus experiencias son únicamente tuyas, todos saben lo que es sentirse triste, enojado, molestado o confundido. No estás tan solo como piensas. Quizás tu papá o mejor amiga realmente lo entienden más de lo que crees. Tal vez el TDAH u otra forma de neurodivergencia sea una parte no contada (o aún no descubierta) de su historia, o tal vez les sucedió algo con lo que te puedas identificar.
3. Difícil y Capaz son amigos enemigos. Siempre que Difícil aparece, saca a Capaz, quien siempre le pregunta a Difícil: "¿Qué quieres?".
A veces a Difícil le gusta distraernos para que no sepamos por qué apareció. Difícil puede aparecer, por ejemplo, cuando estás leyendo un párrafo y pierdes tu lugar por tercera vez. Si solo te enfocas en la presencia de Difícil, no podrás sacar a Capaz, quien te ayudará a notar que estás perdiendo tu lugar porque alguien más está revolviendo su escritorio y te distrae de tu lectura. Capaz sabe que podemos hacer cosas difíciles ajustándonos, como moverte a otro lugar de la habitación para leer o poner auriculares para ignorar los sonidos. Con la ayuda de Capaz, podrás descubrir lo que necesitas hacer para decirle a Difícil: "Gracias, ahora puedes irte".
4. Aprende de ello y sigue adelante. Tal vez la discalculia dificulte concentrarte en la clase de matemáticas (y todos los números parecen gelatina). Es posible que la hiperactividad te haya hecho saltar de una silla a otra hasta que te caíste. En todas estas situaciones, es posible que puedas atribuir los desafíos a tu condición, pero también puedes reflexionar sobre la experiencia para aprender cómo hacer las cosas de manera diferente la próxima vez. (Recuerda, una razón no es una excusa.) Mereces aprender matemáticas y recibir ayuda adicional si la necesitas. Mereces abogar por ti mismo y decir: "Necesito un descanso" cuando tu cuerpo siente que realmente, realmente necesita moverse.
5. No es tu culpa que el mundo se haya construido alrededor de personas neurotípicas. Sin embargo, es tu responsabilidad decidir qué hacer al respecto. Mereces ser la mejor versión de ti mismo, así que descubramos cómo tu mundo puede ser más fácil de navegar para alcanzar tus metas y aspiraciones.
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