Cuando la naturaleza ataca: El ataque de un cocodrilo desencadena un proyecto de más de 30 años para crear un gel de alivio del dolor.

21 Noviembre 2023 2018
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En 1986, John Watson utilizó la corteza del manglar de Mudjala para controlar el dolor tras el ataque de un cocodrilo. Este método atrajo la atención del profesor Ron Quinn de la Universidad Griffith, lo que dio lugar a una asociación entre el pueblo Nyikina Mangala y la institución académica. La investigación combinada, que incorporó el conocimiento tradicional con métodos científicos occidentales, finalmente identificó compuestos en la corteza que tienen propiedades analgésicas.

A John Watson, un hombre Nyikina Mangala procedente de la comunidad aborigen Jarlmadangah Burru de Kimberley, un cocodrilo le cortó uno de los dedos en 1986. Buscó alivio para el dolor en la corteza del manglar Mudjala, masticando una tira de corteza y luego aplicándolo como vendaje en su herida.

El profesor Ron Quinn AM, de la Universidad Griffith, quedó fascinado cuando conoció la experiencia de John y su posterior uso de la corteza de Mudjala.

Como resultado, surgió una sólida asociación entre la comunidad Nyikina Mangala y la Universidad Griffith, dirigida por John y el profesor Quinn, con el objetivo de identificar posibles compuestos activos en la corteza.

John Watson y el profesor Ronald Quinn pudieron identificar en la corteza remedios naturales no descubiertos anteriormente para tratar el dolor intenso, consolidando conocimientos tradicionales centenarios con la ciencia occidental.

En consecuencia, John y el profesor Quinn fueron honrados como los primeros en recibir el Premio a la Innovación en Conocimiento Tradicional otorgado por la Academia Australiana de Ciencias Tecnológicas e Ingeniería.

La corteza se compone de dos tipos de compuestos: uno que es útil para aliviar el dolor inflamatorio y otro que puede aliviar el daño al nervio ciático.

El producto final, potencialmente un gel tópico, incorporará la mezcla diversa que se encuentra en la pasta de corteza. Los inventores, John y Ron, son optimistas en cuanto a que este gel se proporcionará a los atletas que competirán en los Juegos Olímpicos de Brisbane en 2032. Creen que esto indica un uso más amplio del conocimiento tradicional, al tiempo que se garantiza que la propiedad aborigen permanezca intacta.

Los premios nacionales de la Academia de Ciencias Tecnológicas e Ingeniería destacan la combinación del conocimiento tradicional con la ciencia occidental como un método revolucionario para aliviar el dolor, entre otras innovaciones como aprovechar la energía verde mediante el reciclaje de subproductos y forjar un enfoque novedoso hacia la sostenibilidad de la industria cárnica.

La ATSE reconoció a ingenieros e innovadores tecnológicos por sus esfuerzos pioneros para abordar los desafíos más apremiantes de Australia (cambio climático, minería, desechos plásticos, tecnología de baterías y seguridad alimentaria, entre otros) durante una ceremonia en el Arboreto Nacional en Canberra el 26 de octubre.

La presidenta de ATSE, Dra. Katherine Woodthorpe AO FTSE, elogió a los ganadores y afirmó que su espíritu innovador y el impacto de su trabajo podrían servir como ejemplos destacados para la aplicación transformadora de la investigación australiana.


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