¿Qué causa la artritis reumatoide?

14 Enero 2024 1795
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La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad autoinmune a largo plazo en la que el sistema inmunológico ataca el tejido sano del cuerpo, lo que provoca inflamación de las articulaciones. Durante las primeras fases, los pacientes con AR suelen informar dolor en las manos, muñecas y rodillas. Si no se trata adecuadamente, puede provocar daños en los tejidos de las articulaciones más grandes, como las caderas y las rodillas.

Los especialistas comprenden bien la forma en que la AR afecta al cuerpo, pero la causa exacta es menos clara. Sin embargo, la presencia de ciertos factores de riesgo puede aumentar la probabilidad de desarrollar AR.

La causa de la AR, como muchas otras enfermedades autoinmunes, todavía desconcierta a los investigadores. Como afirma el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel, existe una comprensión limitada de por qué se desarrollan las enfermedades autoinmunes.

Aún así, los investigadores han identificado que una combinación de factores de riesgo genéticos y ambientales puede hacer que el sistema inmunológico ataque las células sanas. Estos factores de riesgo podrían explicar por qué algunas personas tienen un mayor riesgo de desarrollar AR.

Ciertos genes, como los genes del antígeno leucocitario humano (HLA) que regulan el sistema inmunológico, pueden predisponer a las personas a la AR. Sin embargo, poseer estos genes no garantiza el desarrollo de la AR. En la mayoría de las situaciones, el riesgo de AR es mayor cuando estos genes se combinan con factores de riesgo ambientales como la obesidad, el estrés o el tabaquismo.

Algunos especialistas también teorizan que la AR podría ser hereditaria. Si sus familiares tienen esta afección, su propio riesgo de desarrollar AR podría ser ligeramente mayor que el de alguien sin antecedentes familiares de AR.

La artritis reumatoide es dos o tres veces más común en personas asignadas como mujeres al nacer en comparación con aquellas asignadas como hombres. Se sospecha que la hormona estrógeno desempeña un papel en el desarrollo de la AR, aunque se están realizando investigaciones en esta área.

Las investigaciones en reumatología indican que experiencias como al menos un embarazo, un posparto reciente, una lactancia materna prolongada y una menopausia precoz pueden aumentar el riesgo de desarrollar AR. El estudio propone que los niveles hormonales fluctuantes a lo largo de la vida de una mujer y los efectos inflamatorios del estrógeno podrían afectar las respuestas inmunes.

A diferencia de otros tipos de artritis, la AR puede aparecer a cualquier edad. Sin embargo, la probabilidad de desarrollar AR aumenta a medida que una persona envejece. Un estudio descubrió que más de la mitad de las personas diagnosticadas con AR tenían 65 años o más.

Un historial de tabaquismo puede contribuir en gran medida al desarrollo de la AR. Según lo informado por la Revista Internacional de Ciencias Moleculares, el estrés y la inflamación causados por fumar pueden hacer que las personas sean más susceptibles a la AR y pueden afectar los resultados del tratamiento.

La investigación también revisó la conexión entre fumar y el sexo asignado al nacer. Sus hallazgos revelaron que los hombres que fumaban tenían el doble de probabilidades de desarrollar AR que los no fumadores, mientras que las mujeres que fumaban tenían 1,3 veces más probabilidades.

Además de los fumadores, el humo de segunda mano, que proviene de los cigarrillos de otra persona, también podría aumentar los riesgos de AR. Un estudio descubrió que las mujeres adultas que estuvieron expuestas al humo en su infancia tenían una mayor probabilidad de desarrollar AR que las mujeres adultas que no lo estuvieron.

Los expertos todavía están examinando el impacto directo de la obesidad en los riesgos de AR. Sin embargo, existe una correlación: el crecimiento de la epidemia de obesidad se corresponde con un aumento de los casos de AR.

La aparición de casos de AR ha ido aumentando desde la década de 1990. Un estudio de 2014 en Arthritis Care & Research sugirió que la obesidad podría ser responsable de más de la mitad del reciente aumento de casos de AR entre personas asignadas como mujeres al nacer.

La asociación entre la obesidad y la AR podría estar relacionada con las citocinas, proteínas inflamatorias del tejido. Las investigaciones indican que los niveles altos de grasa corporal podrían aumentar los niveles de citocinas y, por tanto, los riesgos de inflamación de las articulaciones.

La reacción del cuerpo a infecciones, lesiones y factores estresantes de la vida, como perder el trabajo o divorciarse, puede desencadenar una respuesta inmune hiperactiva, elevando así el riesgo de AR.

El estrés físico o emocional puede desencadenar una reacción química en el cuerpo, provocando latidos cardíacos más rápidos, tensión muscular y un aumento de la inflamación en el sistema inmunológico. La exposición prolongada al estrés podría provocar una mayor inflamación en el sistema inmunológico y las articulaciones.

La AR es una enfermedad autoinmune crónica que causa dolor e inflamación en las articulaciones. Aún se desconoce la causa de la AR, pero los investigadores sospechan que una variedad de factores de riesgo pueden aumentar el riesgo de desarrollar la afección. Estos factores de riesgo pueden incluir la genética, la obesidad y el consumo de tabaco a largo plazo.

Vivir con AR puede ser doloroso. Si cree que está experimentando síntomas de AR o que puede estar en riesgo de desarrollar AR, comuníquese con su proveedor de atención médica para conocer los próximos pasos. A través de un examen físico y una variedad de pruebas de sangre o de imágenes, pueden determinar la causa de tus síntomas y darte un diagnóstico oficial.


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