Los satélites de Starlink emiten ondas de radio filtradas que oscurecen el cosmos.

01 Octubre 2024 2525
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Mientras que los satélites Starlink de SpaceX están habilitando el acceso a internet y las comunicaciones telefónicas en todo el mundo, también representan una amenaza para la radioastronomía, sugiere un nuevo estudio.

En algunas bandas de longitud de onda, la filtración no intencional de radiación electromagnética de la última generación de satélites es más de 30 veces más brillante que las emisiones de versiones anteriores, informan Cees Bassa, un radioastrónomo del Instituto Holandés de Radioastronomía en Dwingeloo y sus colegas el 18 de septiembre en Astronomy & Astrophysics. Debido a que la última generación de satélites Starlink orbitará hasta 100 kilómetros más bajo que los satélites anteriores, parecerán aún más brillantes para los telescopios terrestres. En general, su brillo podría fácilmente enmascarar observaciones de objetos más tenues como galaxias o estrellas distantes.

Los radiotelescopios, en lugar de recopilar luz visible, recogen ondas de menor energía de fuentes que emiten radiación en longitudes de onda más largas. Bassa y su equipo utilizaron seis radiotelescopios en un observatorio cerca de Exloo, Países Bajos, para caracterizar las emisiones de los satélites Starlink durante dos sesiones de una hora en julio. Aunque los satélites pasaron por el campo de visión de los telescopios solo entre 12 y 40 segundos, eran muy brillantes: En comparación con las fuentes astronómicas más débiles que pueden observarse con esos telescopios, los satélites Starlink son aproximadamente 10 millones de veces más brillantes, señaló Bassa y su equipo.

Y el problema probablemente empeorará: SpaceX está lanzando aproximadamente 40 satélites de segunda generación Starlink cada semana, señalan los investigadores, con más de 6,000 ya en órbita. Bassa y sus colegas han encontrado que los satélites de otras compañías también son detectables por los radiotelescopios, y están trabajando para medir esas emisiones también.

Bassa y sus colegas esperan que sus observaciones continuas animen a los desarrolladores de tales satélites a rediseñar sus equipos cuando sea posible para reducir las emisiones de radio no deseadas.


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