'Night Magic' te invita a celebrar las maravillas vivientes de la oscuridad.

Magia Nocturna
Leigh Ann Henion
Algonquin Books, $30

Siento como si hubiera estado fuera toda la noche. En mi mente, he estado recorriendo las montañas y praderas de la región de los Apalaches después del anochecer. Me he encontrado con salamandras moteadas, luciérnagas sincrónicas y luciérnagas fantasmas azules, luciérnagas y diferentes tipos de polillas y murciélagos. Mi guía ha sido Leigh Ann Henion, quien busca devolver la noche a su lugar legítimo como un paraíso de la naturaleza y la renovación en su último libro, Magia Nocturna.

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Henion emprende viajes nocturnos como un bálsamo, buscando un respiro de la iluminación casi constante debido a la luz artificial. Se pregunta, ¿cómo es la vida en la oscuridad? "A menudo se presenta la oscuridad como un vacío de perdición en lugar de una fuerza de la naturaleza que nutre vidas, incluida la nuestra", escribe Henion. "Esta es la historia de cómo me propuse recentrar la oscuridad pasando tiempo con algunas de las diversas y asombrosas formas de vida que son nutridas por ella."

Henion, una autora que escribe sobre el mundo natural, los viajes y otros temas, lleva a los lectores a Tennessee, Ohio, Alabama y su estado natal, Carolina del Norte. En compañía de amigos, su hijo, científicos y otros extraños curiosos de la noche, busca la fauna, flora y hongos que prosperan en la oscuridad, a veces buscando en su propio patio trasero.

El libro avanza a través de la primavera, el verano y el otoño, enfocándose en algunas formas de vida diferentes en cada estación. En la primavera, por ejemplo, presencia salamandras moteadas, que viven gran parte de sus vidas en la oscuridad. Estos anfibios negros o marrones oscuros con alegres manchas amarillo naranja pasan la mayor parte de su tiempo bajo tierra. Las salamandras emergen brevemente durante las noches de primavera para reproducirse en charcas efímeras, áreas alimentadas por la lluvia que se secan periódicamente.

Las excursiones nocturnas de Henion continúan con la aparición de luciérnagas, que son larvas luminosas de mosca que brillan de color azul; polillas coloridas, importantes polinizadores que están experimentando preocupantes declives en la población; y fuego fatuo, el término general para los hongos bioluminiscentes que brillan en el suelo de los bosques. Entre estos encuentros, Henion lamenta el creciente robo de la oscuridad natural por la luz artificial en su vecindario de montaña y en todo el mundo. "En este momento de la historia", escribe, "un tercio de los seres humanos en este planeta ya no pueden ver la Vía Láctea desde donde viven."

Henion anima a los lectores a sintonizarse con la oscuridad que los rodea. Esto puede requerir paciencia porque pueden pasar varias horas para que los ojos se adapten a la luz baja. Y desglosa los temores que las personas, incluida ella misma, pueden tener acerca de la oscuridad y los animales asociados con ella.

Por ejemplo, cuando Henion tiene la oportunidad de ayudar a estudiar las poblaciones de murciélagos en Alabama, cuenta sentirse inquieta por un encuentro con un murciélago que se zambulló hacia ella. Un estudiante de uno de los investigadores de murciélagos en el evento tranquilizó a Henion diciendo que el murciélago no la estaba emboscando: "Tienes que recordar, los murciélagos vuelan mejor que Tom Cruise en Top Gun". El murciélago simplemente estaba cenando, los insectos alrededor de la cabeza de Henion que se sentían atraídos por el dióxido de carbono que exhalaba.

Al igual que los murciélagos, las polillas pueden ser calumniadas injustamente en parte por su conexión con la noche, escribe Henion. Se cree que las polillas se orientan con ayuda del ángulo constante de la luna y se desconciertan por las luces artificiales que las bombardean desde todas direcciones. Como le dice un entusiasta de las polillas a Henion, "en ese estado de desorientación por la luz artificial, parece que la polilla nos está atacando", cuando en realidad, la criatura no sabe a dónde volar.

Aunque Henion hace referencia a la investigación emergente sobre los efectos de la luz artificial en la salud humana, me quedé deseando más detalles. Por ejemplo, escribe en el prefacio que la contaminación lumínica "ha demostrado aumentar las tasas" de ciertas condiciones de salud. Pero la investigación que cita en la bibliografía describe asociaciones entre la luz artificial y diferentes daños a la salud. La asociación no implica causalidad. La exposición excesiva a la luz después de que oscurece parece ser un riesgo para la salud, pero me quedé preguntándome qué tan grande es ese riesgo y cuál es la situación actual de la ciencia.

Esa crítica no resta importancia al argumento entusiasta y significativo del libro de preservar la oscuridad natural y los ecosistemas que dependen de ella, por el bien de las criaturas, las plantas y nosotros mismos. Henion cierra con lo que parece ser una bendición y un llamado a la acción: "Que podamos encontrar nuestro camino de regreso a la oscuridad natural, o al menos aferrarnos a la naturaleza salvaje que aún existe, para que podamos ser testigos de las riquezas vivas de la noche."

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