La forma en que los perros ven el mundo: Los objetos son más notorios para los perros más inteligentes.

20 Noviembre 2023 1809
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18 de noviembre de 2023

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por la Universidad Eötvös Loránd

Cuando señalamos un objeto, el niño se enfoca en el objeto, mientras que el perro generalmente toma el gesto como una señal direccional.

En un estudio reciente, investigadores del Departamento de Etología de la Universidad Eötvös Loránd encuentran explicaciones para este fenómeno. Parece que la discrepancia no solo se debe a cómo ven los perros, sino que, de hecho, refleja cómo piensan. Para los perros "más inteligentes", la apariencia de un objeto es tan importante como su ubicación, lo que sugiere que su procesamiento de información es más similar al de los humanos.

La inclinación espacial es el fenómeno de interpretar la información en relación con el espacio, la ubicación o la distancia cuando la misma información podría aplicarse fácilmente a un objeto.

"Esto se manifiesta, por ejemplo, en la forma en que los perros y los niños reaccionan ante los gestos cuando les mostramos la posición de un objeto. Desde muy temprana edad, los niños interpretan el gesto como señalando el objeto, mientras que los perros toman el señalamiento como una señal direccional. En otras palabras, independientemente de la intención de la persona que da la señal, el significado para los niños y los perros es diferente", dijo Ivaylo Iotchev, primer autor del estudio publicado en la revista Ethology.

"Este fenómeno ha sido observado previamente en perros utilizando una variedad de pruebas de comportamiento, desde un simple aprendizaje asociativo hasta la imitación, pero nunca se había estudiado en sí mismo".

Los investigadores han concluido que la inclinación espacial es una oportunidad desaprovechada para comprender mejor cómo piensan los perros.

Investigaciones anteriores no han aclarado si los perros se comportan de esta manera porque tienen una visión inferior en comparación con los primates, o si se trata realmente de un sesgo de procesamiento de información, en el que los parámetros del espacio que los rodea son más importantes para los perros que los objetos específicos cercanos.

Los investigadores midieron la inclinación espacial en dos pruebas de comportamiento que involucraron a 82 perros. En una tarea, los perros tenían que aprender, en un máximo de 50 ensayos, si el premio siempre estaba en el plato derecho o izquierdo, por lo que aprendieron una ubicación.

En la otra tarea, se utilizaron dos tipos de platos, uno redondo y blanco y otro cuadrado y negro, que siempre se colocaban en el medio. Siempre se le daba al perro solo un tipo de plato para comer, pero se le expuso a cada uno en una secuencia semialeatoria. En esta configuración, estaban aprendiendo sobre las propiedades del plato. El aprendizaje se midió según la rapidez con la que un perro corría hacia el plato correcto.

Los resultados mostraron que los animales aprendían más rápido cuando el premio se colocaba a la derecha o a la izquierda, por lo que debían elegir qué dirección seguir. Tenían más dificultades para recordar si el premio estaba en el plato redondo y blanco o en el cuadrado y negro. La medida de "inclinación espacial" describía cuán rápido eran los perros para aprender sobre el lugar en comparación con aprender sobre las características del objeto.

Si los perros ya habían aprendido dónde estaba el premio, se presentaba una tarea más complicada porque luego la situación se invertía. Es decir, si previamente habían recibido el premio a la derecha, ahora estaba a la izquierda en la nueva posición, y si había estado en el plato blanco, ahora estaba en el plato negro.

Para averiguar si la inclinación espacial es sensorial, cognitiva o mixta, los investigadores necesitaban detectar y medir las diferencias entre las habilidades visuales y cognitivas de los perros.

Esto implicaba medir cuán corta es la cabeza del perro, ya que esto se correlaciona con la agudeza visual, y también medir cuán eficientemente resuelven tareas problemáticas.

La forma de la cabeza fue investigada por Zsófia Bognár, estudiante de doctorado y coautora del estudio.

"Las habilidades visuales de las razas de perros difieren entre sí, lo que se debe indirectamente a la forma de su cabeza. Los perros con cabezas más cortas, científicamente conocidos como braquicéfalos, desarrollan una visión similar a la humana. La estructura de su retina implica una visión más nítida y enfocada que la de sus contrapartes de cabeza más larga. Esto nos ha permitido utilizar una medida de forma de cabeza (el llamado índice cefálico) como una medida aproximada de la calidad de la visión en los perros. Se calcula dividiendo el ancho del cráneo por la longitud del cráneo. Cuanto más corta sea la cabeza, mayor será el número", explicó Zsófia Bognár.

To measure cognitive ability, the dogs took part in a series of tests. 'We tested their memory, attention skills and perseverance. We found that dogs with better cognitive performance in the more difficult spatial bias task linked information to objects as easily as to places. We also see that as children develop, spatial bias decreases with increasing intelligence,' added Eniko Kubinyi, head of the MTA- 'Lendület' Momentum Companion Animal Research Group.

The study found that spatial bias is smaller in dogs with better visual acuity and who are 'smarter.' 'Spatial bias in dogs is not simply a sensory problem but also a mindset. We also found that 'smarter' dogs are resilient in difficult learning situations and can overcome their biases,' said Iotchev.

Provided by Eötvös Loránd University

 


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