Los ventiladores pueden no mantener frescos a los adultos mayores durante olas de calor.
Soplar aire de un ventilador eléctrico por sí solo no es suficiente para refrescar a los adultos mayores que están sofocados en el interior durante una ola de calor, muestra una nueva investigación. Un estudio de 18 adultos de entre 65 y 72 años, monitoreados en una cámara de clima controlado simulando condiciones extremas de ola de calor, encontró poca diferencia en las temperaturas centrales máximas como resultado del uso del ventilador eléctrico, informan los científicos el 17 de octubre en el Journal of the American Medical Association.
Los adultos mayores, muchos de los cuales prefieren enfrentar las olas de calor en sus propios hogares, están particularmente en riesgo de padecer impactos en salud relacionados con el calor. En ausencia de acceso a aire acondicionado, el uso de ventiladores eléctricos tipo pedestal ha sido una estrategia recomendada para que las personas en casa intenten mantenerse frescas. Los ventiladores pueden acelerar la pérdida de calor, disminuyendo la temperatura central del cuerpo al aumentar la evaporación del sudor.
Pero estudios recientes basados en modelos biofísicos han sugerido que los ventiladores pueden no proporcionar mucho enfriamiento cuando la temperatura ambiente supera los 33° Celsius (91° Fahrenheit), especialmente para adultos mayores que pueden no sudar de manera eficiente.
Entonces, el fisiólogo ambiental Fergus O'Connor, actualmente en la Universidad de Griffith en Brisbane, Australia, y sus colegas decidieron probar directamente el poder de enfriamiento de los ventiladores durante condiciones de ola de calor. Los participantes del estudio pasaron tres episodios de ocho horas cada uno sentados en una cámara en la Universidad de Ottawa, con la temperatura establecida en 36° C (96.8° F) y 45 por ciento de humedad relativa. Estas condiciones son similares al clima que los ciudadanos de Vancouver enfrentaron durante la ola de calor de una semana que se instaló sobre British Columbia en 2021, lo que llevó a aproximadamente 619 muertes en la provincia.
La cámara controlada por clima también tenía un ventilador eléctrico. Los modelos previos que simulaban la efectividad del ventilador asumían un flujo de aire bastante poderoso de alrededor de 3.5 a 4.5 metros por segundo. Pero eso es más potencia de la que muchos ventiladores caseros estándar son capaces, señalan los investigadores. Por lo tanto, cada período de exposición incluyó una velocidad de ventilador diferente: sin flujo de aire, un flujo lento de 2 metros por segundo y un flujo rápido de 4 metros por segundo.
Luego, el equipo evaluó la temperatura central del cuerpo, la tensión cardiovascular, el nivel de deshidratación y la comodidad térmica de los sujetos, es decir, la percepción de sentirse demasiado caliente o frío. Los hallazgos sugirieron que, en comparación con el caso de control sin flujo de aire del ventilador en absoluto, el flujo más lento no resultó en cambios significativos en la temperatura central, la presión arterial, el consumo de líquidos o la comodidad térmica. El flujo más rápido mejoró las percepciones de comodidad térmica, pero, desde el punto de vista biofísico, no hubo una mejora significativa.