El simio más grande de la Tierra se extinguió 100,000 años antes de lo que se creía anteriormente.
El simio más grande del mundo desapareció de la Tierra más de 100,000 años antes de lo que se pensaba anteriormente, según informan los investigadores el 10 de enero en Nature.
La nueva fecha de extinción proviene de nuevos análisis de fósiles de Gigantopithecus blacki, así como de los sedimentos de unas docenas de cuevas en el sur de China donde habitaba el simio. En lugar de extinguirse hace unos 100,000 años, el simio fue llevado a la extinción entre 295,000 y 215,000 años atrás, encontró el equipo.
El destino de G. blacki, el doble del tamaño de los simios modernos más grandes y parecido a una versión gigante de su pariente cercano, el orangután, ha sido un misterio durante mucho tiempo. Durante unos 2 millones de años, G. blacki habitó un paisaje de bosques y pastizales en lo que hoy es el sur de China. Solo dejó restos dispersos: miles de dientes y cuatro mandíbulas, desenterrados en los sedimentos de las cuevas de la región.
Para establecer una cronología de la extinción del simio, el paleoantropólogo Yingqi Zhang de la Academia China de Ciencias en Beijing y sus colegas reunieron una serie de técnicas de datación diferentes para determinar los hábitos, la dieta y el entorno del simio. En los dientes, buscaron datos sobre la dieta del simio, midiendo isótopos de carbono y oxígeno, así como examinando los dientes en busca de evidencia minúscula de desgaste, que puede revelar no solo la dieta, sino también dar indicios de comportamientos y estrés repetidos. El equipo también analizó los sedimentos de cuevas que contenían los fósiles, buscando polen fósil y realizando datación por luminiscencia de elementos radiactivos dentro de los sedimentos.
La reconstrucción del equipo reveló que hace unos 700,000 a 600,000 años, el sur de China pasó de tener un paisaje boscoso a un entorno más dependiente de las estaciones. Algunos simios, incluidos los orangutanes, pudieron adaptarse a estos cambios. Pero G. blacki no pudo cambiar lo suficientemente rápido y sus números disminuyeron lentamente antes de extinguirse, sugiere el equipo.
La evidencia reunida cuenta una historia convincente de que "la desaparición de Gigantopithecus coincidió en el sur de China con una disminución de la cobertura forestal y la expansión de entornos tipo sabana", dice Hervé Bocherens, un biogeólogo de la Universidad de Tuebingen en Alemania. Sin embargo, él dice que documentar la extinción de esta especie a partir de los registros fósiles es complicado y es imposible descartar la posibilidad de que grupos de G. blacki hayan persistido en cuevas aún no descubiertas durante más tiempo.
Comprender el destino de este simio, dicen los investigadores, ayuda a revelar cómo las presiones ambientales modernas podrían empujar a los orangutanes, ahora al borde de la extinción a medida que su hábitat se reduce, hacia el precipicio.