El Chang'e-6 de China obtuvo las primeras muestras del lado más alejado de la luna.

06 Junio 2024 2349
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China se ha convertido en el primer país en recolectar muestras del lado más alejado de la luna, proporcionando esperanzadamente a los científicos nuevas percepciones sobre la historia y formación de nuestro satélite natural.

El 1 de junio, una misión de recogida rápida llamada Chang'e-6 aterrizó en el cráter Apollo, que se encuentra dentro de la cuenca del Polo Sur-Aitken, el sitio de impacto de meteoritos más grande del sistema solar.

Durante su estancia de dos días, Chang'e-6 utilizó una pala y un taladro para recoger 2 kilogramos de material lunar, que luego se cargó en un vehículo de ascenso que se lanzó a la órbita lunar el 3 de junio. Las muestras a bordo de Chang'e-6 se transferirán a un vehículo de retorno que regresará a nuestro planeta. Se espera que aterricen en la Tierra en Mongolia Interior el 25 de junio. Esta es la segunda llegada exitosa de China al lado más alejado de la luna, después de la misión Chang'e-4 en 2019.

"Todos soñamos como científicos lunares en obtener muestras del lado más alejado de la luna", dice Kerri Donaldson Hanna, geóloga planetaria de la Universidad de Florida Central en Orlando.

Esas muestras podrían ayudar a los investigadores a descifrar por qué los dos lados de la luna son tan marcadamente diferentes. El lado que enfrenta a nuestro planeta contiene abundante evidencia de vulcanismo, incluyendo los vastos mares lunares, enormes llanuras oscuras visibles cada vez que la luna está en el cielo. Estas son piscinas solidificadas de lava que fluyeron hace alrededor de 4 mil millones de años. En contraste, las observaciones de naves espaciales del lado más alejado muestran muy poca actividad volcánica.

Algunos científicos sospechan que esto se debe a que la corteza del lado cercano es mucho más delgada, lo que habría permitido que más magma subiera desde debajo de la superficie, dice Donaldson Hanna.

Hay evidencia de que ocurrió alguna actividad volcánica en la cuenca del Polo Sur-Aitken y en el cráter Apollo, aunque parece que esta actividad ocurrió hace aproximadamente 3.5 mil millones de años.

Es posible que el impacto que creó tanto Aiken como Apollo debilitase la corteza lunar, formando fracturas y permitiendo que fluyera el magma. Las muestras a bordo de Chang'e-6 podrían contener pistas de si esto ocurrió o no.

Tanto los investigadores chinos como los internacionales podrán estudiar el material. Donaldson Hanna espera ansiosamente ver qué percepciones se obtendrán de Chang'e-6, así como de futuros aterrizadores, como los del programa de Servicios de Carga Lunar Comercial de la NASA.

"Las próximas misiones van a tantos lugares nuevos y únicos en la superficie lunar", dice. "Es un buen momento para ser un científico lunar".


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