Los renos pueden dormir mientras mastican.
Durante la agitada temporada navideña, muchos de nosotros tendemos a realizar múltiples tareas y los renos del Ártico no son una excepción.
Una nueva investigación indica que los renos pueden comer y dormir simultáneamente. Este enfoque eficiente, como se informó en la edición del 22 de diciembre de Current Biology, amplía la lista de métodos inteligentes que utilizan los animales para controlar el sueño en circunstancias difíciles.
Durante el verano, los renos del Ártico son notablemente activos y se alimentan cuando el sol sale las 24 horas del día, los 7 días de la semana y la comida es abundante. Al igual que otros rumiantes, los renos tardan una cantidad significativa de tiempo en masticar los alimentos regurgitados diseñados para hacerlos más fáciles de digerir. En medio de todo este procesamiento de alimentos, encontrar un momento para dormir puede resultar difícil. Es decir, a menos que los renos pudieran dormir y masticar al mismo tiempo. Para probar esta teoría, la neurocientífica Melanie Furrer y la cronobióloga Sara Meier, junto con su equipo, entrenaron a cuatro renos hembra de la tundra euroasiática para que soportaran un bolígrafo y electrodos en partes afeitadas de su piel. Según Meier, de la Universidad de Zúrich, se trataba de muchas golosinas de líquenes, que son muy apreciadas por los renos.
El objetivo del equipo de investigación era identificar las ondas cerebrales que aparecen durante el sueño no REM, una fase de sueño profundamente reparador. Estas ondas se notaron mientras los renos procesaban la comida, aunque su masticación rítmica hacía difícil confirmar si estas señales coincidían perfectamente con las del sueño normal. "Tuvimos que lidiar con los movimientos de masticación, que en cierto modo interferían en la monitorización de las ondas cerebrales", afirma Furrer, también de la Universidad de Zúrich.
No obstante, signos adicionales indicaron sueño durante el tiempo de masticación. Los renos mostraban calma mientras reflexionaban, a menudo cerrando los ojos. "Mostraron un alto grado de relajación, que refleja el estado físico del sueño no REM", señala Furrer. También se descubrió que era más difícil distraer a un reno rumiante, ya que era menos probable que reaccionara al crujido de otros renos. Según la investigación, los renos a los que se les impide dormir necesitan un sueño de recuperación compensatorio, pero este período de recuperación se reduce cuando pasan tiempo masticando.
Niels Rattenborg, neurobiólogo del Instituto Max Planck de Inteligencia Biológica con sede en Seewiesen, Alemania, cree que estos hallazgos sugieren fuertemente que los renos son capaces de dormir mientras rumian, a pesar de no participar en el estudio. A diferencia de los lobos marinos, los patos y las fragatas voladoras migratorias, los renos rumiantes indican signos de dormir con ambas mitades del cerebro.
Identificar exactamente cómo los renos logran esto sería intrigante, dice Rattenborg. Él cree que estudiar diferentes mecanismos del sueño podría proporcionar información sobre el sonambulismo en los humanos, que es un trastorno del sueño en gran medida incomprendido y potencialmente dañino.
La coautora del estudio y neurocientífica Gabi Wagner, del Instituto Noruego de Investigación en Bioeconomía en Tromsø, informa que los pastores de renos locales han adoptado un concepto que se traduce aproximadamente como "paz en los pastos". Esto significa que "los renos necesitan tiempo y espacio tranquilos para reflexionar pacíficamente, y este estudio confirma que esto es una necesidad fisiológica fundamental", dice Wagner. "Necesitan estos períodos de tranquilidad para reflexionar sin ser molestados, lo que les permite satisfacer sus necesidades de sueño".
Por el momento, la reconfortante noticia es que los renos saben cómo cuidar de sí mismos, especialmente teniendo en cuenta que algunos podrían tener que afrontar una Nochebuena muy ocupada.