La señal interestelar vinculada a extraterrestres en realidad era solo un camión

08 Marzo 2024 2421
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7 de marzo de 2024

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por la Universidad Johns Hopkins

Ondas de sonido que se pensaba que provenían de una bola de fuego de meteorito en 2014 al norte de Papúa Nueva Guinea fueron casi con toda seguridad vibraciones de un camión que pasaba por una carretera cercana, según una nueva investigación dirigida por la Universidad Johns Hopkins. Los hallazgos ponen en duda que los materiales extraídos el año pasado del océano sean materiales alienígenas de ese meteorito, como se informó ampliamente.

'La señal cambió de dirección con el tiempo, coincidiendo exactamente con una carretera que pasa junto al sismómetro', dijo Benjamin Fernando, un sismólogo planetario de Johns Hopkins que dirigió la investigación. 'Realmente es difícil tomar una señal y confirmar que no proviene de algo. Pero lo que podemos hacer es demostrar que hay muchas señales como esta, y mostrar que tienen todas las características que esperaríamos de un camión y ninguna de las características que esperaríamos de un meteorito'.

El equipo presentará sus hallazgos el 12 de marzo en la Conferencia de Ciencia Lunar y Planetaria en Houston. Los periodistas pueden asistir a la presentación de forma presencial o virtual a las 4:50 p. m. hora del este.

Después de que un meteorito ingresara en la atmósfera de la Tierra sobre el Pacífico Occidental en enero de 2014, el evento se vinculó a las vibraciones terrestres registradas en una estación sísmica en la Isla Manus de Papúa Nueva Guinea. En 2023, los materiales en el fondo del océano cerca de donde se pensaba que habían caído los fragmentos del meteorito fueron identificados como de origen 'tecnológico extraterrestre' (alienígena).

Pero según Fernando, esa suposición se basa en datos malinterpretados y el meteorito realmente ingresó a la atmósfera en otro lugar. El equipo de Fernando no encontró evidencia de ondas sísmicas del meteorito.

'La ubicación de la bola de fuego en realidad estaba muy lejos de donde la expedición oceanográfica fue a recuperar estos fragmentos de meteorito', dijo. 'No solo usaron la señal incorrecta, sino que estaban buscando en el lugar equivocado'.

Utilizando datos de estaciones en Australia y Palau diseñadas para detectar ondas de sonido de pruebas nucleares, el equipo de Fernando identificó una ubicación más probable para el meteorito, a más de 100 millas del área investigada inicialmente. Concluyeron que los materiales recuperados del fondo del océano eran pequeños meteoritos ordinarios, o partículas producidas por otros meteoritos que impactaron en la superficie terrestre mezclados con contaminación terrestre.

'Lo que se encontró en el fondo marino está totalmente relacionado con este meteorito, independientemente de si era una roca espacial natural o un pedazo de una nave espacial alienígena, aunque sospechamos fuertemente que no eran extraterrestres', agregó Fernando.

El equipo de Fernando incluye a Constantinos Charalambous del Imperial College London; Steve Desch de la Universidad Estatal de Arizona; Alan Jackson de la Universidad de Towson; Pierrick Mialle de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares; Eleanor K. Sansom de la Universidad de Curtin; y Göran Ekström de la Universidad de Columbia.

Proporcionado por la Universidad Johns Hopkins


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