Hacer ejercicio para mantener joven el cerebro: últimas investigaciones y opiniones de expertos
El ejercicio beneficia significativamente la salud del cerebro, mejora la cognición, el estado de ánimo y reduce los riesgos de enfermedades neurodegenerativas. Estudios recientes destacan cómo el ejercicio influye en los sistemas biológicos y promueve la salud general. Actividades como correr, andar en bicicleta, levantar pesas y caminar a paso ligero ofrecen diversas ventajas más allá de la apariencia física o la resistencia.
La actividad física regular mejora el estado de ánimo, alivia el estrés y agudiza la función cognitiva, enfatizando la conexión cuerpo-mente. Las respuestas a diferentes formas de ejercicio, como el entrenamiento aeróbico o de fuerza, varían entre los individuos. Si bien investigaciones anteriores sugirieron que el ejercicio intenso podría tener efectos negativos, hallazgos recientes muestran que los atletas de élite tienden a vivir un poco más.
El ejercicio promueve la neurogénesis y la plasticidad sináptica, mejorando la salud del cerebro. Nuevos estudios, en particular los de Stanford Medicine, revelan cómo el ejercicio afecta a los órganos a nivel molecular, lo que podría orientar recomendaciones de ejercicio personalizadas y terapias farmacológicas para quienes no pueden hacer ejercicio.
Un estudio involucró ratas de laboratorio en cintas de correr y mostró el impacto del ejercicio en el sistema inmunológico, la respuesta al estrés, la producción de energía y el metabolismo. Identificó conexiones significativas entre el ejercicio y las moléculas involucradas en diversas enfermedades y la recuperación de tejidos. El ejercicio también influye en la expresión de genes mitocondriales, lo que sugiere beneficios para afecciones como la diabetes y la salud del hígado.
Otro estudio realizado por la Universidad de Queensland demostró que el ejercicio podría impedir el deterioro cognitivo al afectar la expresión genética en la microglía, las células inmunitarias que sostienen el cerebro. El ejercicio también redujo las células T en el hipocampo, una región del cerebro vital para la memoria y el aprendizaje.
Los expertos coinciden en que los ejercicios aeróbicos, el entrenamiento de fuerza y las actividades que combinan desafíos físicos y cognitivos, como la danza o el tai chi, benefician la salud del cerebro. La variabilidad individual debido a la genética y el estado de salud afecta los resultados, lo que requiere más investigación sobre los tipos e intensidades óptimos de ejercicio.
La actividad física regular puede reducir el riesgo y ralentizar la progresión de enfermedades neurodegenerativas. Con una mayor esperanza de vida, mantener años de vida saludable es crucial, y el ejercicio se reconoce cada vez más como una forma eficaz de apoyar la salud cerebral y corporal a largo plazo.
El ejercicio no sólo proporciona un "subidón" natural gracias a la liberación de endorfinas, sino que también tiene efectos físicos duraderos, ya que reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes tipo 2 y favorece el mantenimiento de un peso saludable. También mejora los efectos de medicamentos y terapias para afecciones de salud mental como la depresión, gracias a la liberación de sustancias químicas como endorfinas y serotonina.