Una herramienta de cocina común podría ayudar a la conservación de los koalas

29 Octubre 2024 1859
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Conocidos por sus orejas peludas, caras redondas y grandes narices negras, los koalas pasan la mayor parte de su tiempo dormitando en las copas de los bosques de eucaliptos. Su inclinación por posarse en lo alto y moverse muy poco hace que estos íconos australianos sean difíciles de rastrear. Pero eso podría cambiar pronto gracias a una nueva técnica que puede "oler" el paradero de los koalas.

El método, descrito el 13 de octubre en la Revista de Ecología Aplicada, captura el ADN que flota en el entorno natural del marsupial utilizando filtros hechos de estopilla, una tela gasa comúnmente encontrada en cocinas.

Asegurados entre dos placas de acero inoxidable, los filtros de estopilla fueron probados en 26 sitios en cuatro reservas naturales en Queensland, Australia. Cada sitio recibió dos filtros, uno colocado aproximadamente a 1,5 metros del suelo con un ventilador que aspiraba mecánicamente el aire, y otro colocado más cerca del suelo para atrapar cualquier residuo.

Después de unos días, los investigadores recuperaron los filtros y analizaron el material genético atrapado en ellos. Para su deleite, los científicos identificaron ADN de koala, así como ADN de otras once especies que se sabe habitan el área, incluyendo los wallabies de pantano (Wallabia bicolor) y los possums de cola en anillos (Pseudocheirus occidentalis).

Las poblaciones de koalas (Phascolarctos cinereus) han disminuido drásticamente en los últimos años debido a incendios forestales descontrolados y enfermedades. En 2022, el gobierno australiano declaró que los koalas están en peligro de extinción en algunas partes del país. Los esfuerzos de conservación han dependido de instrumentos sofisticados como drones de imagen térmica y grabadores acústicos para detectar koalas. Los nuevos muestreadores de ADN son menos costosos y requieren menos habilidades técnicas para funcionar, según dicen los investigadores.

"Es muy simple", dice la bióloga evolutiva Celine Frere de la Universidad de Queensland en Brisbane, Australia. "La idea es que los ciudadanos científicos, dueños de propiedades privadas y estudiantes salgan y utilicen los filtros."

El trabajo añade otra herramienta que los científicos pueden usar para detectar el ADN ambiental, o eDNA. Otros investigadores han aspirado el aire en zoológicos y bosques, hisopado vegetación e incluso examinado los filtros de estaciones de monitoreo de la contaminación del aire en busca de eDNA.

"Algunos de los trabajos en este estudio son pasos importantes", dice el ecologista Matthew Barnes de la Universidad de Texas Tech en Lubbock. El experimento se llevó a cabo en un entorno no controlado, donde hay mucha incertidumbre y un riesgo de que fuertes vientos o lluvias afecten los resultados. "El hecho de que todavía pudieran tener cierto éxito es muy alentador", dice Barnes.

Frere y su equipo están trabajando en la creación de una biblioteca de datos genéticos para diversas especies, "para que tengamos una referencia que nos permita utilizar el eDNA en todo su potencial", dice ella.


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