Cómo Practicar la Atención Plena para la Resiliencia Emocional.
Deja de creer que no puedes practicar la atención plena. No buscas (y nunca conseguirás) una mente perfectamente tranquila. Tu cuerpo puede permanecer inquieto. Eso está bien. La atención plena refleja que, dado que la vida puede ser bastante cambiante e incierta, es bueno construir tus reservas de paciencia y resistencia.
A menudo vivimos en un estado de piloto automático distraído, sin prestar mucha atención a lo que estamos escuchando o haciendo en el momento. Nos dejamos llevar por el hábito y la reactividad, diciendo y respondiendo como solemos hacerlo sin intención.
Pero hay implicaciones concretas al no ver lo que realmente está sucediendo mientras sucede. Con la atención plena, en cambio, haces lo mejor que puedes para dar conciencia imparcial y compasiva momento a momento a tu vida.
La atención plena tiene como objetivo aumentar tu felicidad y tranquilidad, con o sin TDAH. Se requiere persistencia para reforzar nuevos hábitos cognitivos, pero el cambio intencional es posible si decides intentarlo.
El estrés perpetúa el estrés cuando eliges no hacer nada al respecto. Los pensamientos estresantes cambian tu estado emocional y afectan cómo se siente tu cuerpo, lo cual, a su vez, afecta tus pensamientos y emociones. La reactividad reina en el modo de lucha o huida. Es difícil pensar con claridad. Este ciclo puede parecer interminable.
Sin embargo, practicar la atención plena durante momentos estresantes puede brindar importantes beneficios. Sentirse tranquilo te ayuda a manejar el trastorno del TDAH que produce estrés. Piensas de manera más flexible y te adhieres mejor a tus planes. Rompes el ciclo de estrés, lo que conduce a un cuidado más fácil del TDAH.
Dicho simplemente: Practica manejar el estrés y te sentirás menos estresado.
La reactividad emocional, que abarca desde la ira y las lágrimas hasta la frustración y la inactividad, es inherentemente parte del TDAH; por otro lado, la atención plena desarrolla la conciencia emocional. Te das permiso durante unos minutos para notar lo que está sucediendo y no dejarte llevar por ello (por ejemplo, "Estoy enojado pero no actuaré en mi enojo por ahora"). A través de ese proceso, desarrollas paciencia con las emociones (y cualquier otra cosa que te afecte).
La atención plena no es pasiva. Se trata de la intención. Durante el resto del día puede haber problemas que resolver o cosas que hacer. Pero durante 10 a 15 minutos, te comprometes a notar las emociones y tratas de no volver a tus reacciones habituales hacia ellas.
Dicho simplemente: Entrénate para notar las emociones y manejarás las emociones más fácilmente.
Las personas con TDAH luchan enormemente en ocasiones para lograr lo que saben que necesitan hacer. Esa lucha puede afectar la imagen que tienen de sí mismos. Dado que tu mentalidad se relaciona con tu resistencia, esto no solo cambia cómo te sientes, sino que también puede socavar el cuidado del TDAH en sí, que requiere esfuerzo y persistencia.
La autocompasión es inherentemente parte de la práctica de la atención plena. Haces lo mejor que puedes pero te distraes. ¿Cómo aconsejarías a un niño pequeño? "Está bien, solo inténtalo de nuevo". Reforzar este hábito en ti mismo importa. No puedes eliminar tu crítico interno (que puede decir algo como "Siempre la arruino"), pero puedes aprender a relacionarte con él de manera diferente: "Gracias por los comentarios. Estoy haciendo lo mejor que puedo". Suena extraño al principio, pero esta respuesta se vuelve intuitiva.
Dicho simplemente: Puedes aprender a relacionarte contigo mismo tan amablemente como apoyarías a un amigo cercano.
Deja de lado las expectativas a corto plazo. Se llama práctica de atención plena por una razón. El punto de partida fundamental es simplemente hacerlo. Lo más importante es que, por incómodo que parezca al principio, puedes meditar. Fortalecerás rasgos como la conciencia, la capacidad de respuesta y la compasión, y romperás más fácilmente hábitos cognitivos ineficaces. Ten en cuenta que lleva tiempo cambiar los hábitos mentales de toda la vida.
Plantea tu mejor intención y observa qué sucede a continuación. Mantén la paciencia cuando olvides practicar. Eso es parte de la experiencia. Puede parecer difícil seguir adelante, pero es valioso, sin embargo.
Dicho simplemente: Cualquiera puede practicar la atención plena. Pruébalo y observa qué sucede para ti.
Mark Bertin, M.D., es un pediatra del desarrollo en Pleasantville, Nueva York, y autor de Cómo los niños prosperan (#CommissionsEarned)y Crianza consciente para el TDAH (#CommissionsEarned). Su sitio web es developmentaldoctor.com.
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