Este 'manto térmico' mantiene los espacios sin llegar a estar demasiado calientes o fríos.

Si alguna vez te has quemado las manos en el volante de un coche, sabes lo caliente que puede llegar a estar el interior de un coche en un día de verano. Pero un nuevo tejido podría ayudar algún día a que los coches y otros objetos se mantengan frescos en verano y cálidos en invierno.
Los investigadores crearon un prototipo del tejido, que actúa como una "capa térmica" que evita que el espacio bajo ella se caliente demasiado o se enfríe demasiado. La capa, descrita en el dispositivo del 11 de julio, no requiere una fuente de alimentación externa, lo que podría reducir el consumo de energía asociado con la calefacción y la refrigeración (SN: 28/9/18).
A nivel mundial, la calefacción y la refrigeración representan el 38 por ciento del consumo de energía en edificios y el 12 por ciento del consumo total de energía. Materiales como esta capa térmica podrían ayudar a mantenernos cómodos durante las olas de calor, al tiempo que se reducen las emisiones de dióxido de carbono asociadas con la electricidad utilizada en el control de la temperatura, según Aaswath Raman, físico aplicado de la UCLA que no participó en el estudio.
En el nuevo estudio, Kehang Cui, ingeniero de la Universidad Jiao Tong de Shanghai, y sus colegas construyeron la capa utilizando dos capas. La capa exterior está hecha de fibras de sílice blancas que reflejan la luz visible, recubiertas con nitruro de boro hexagonal, un material cerámico que refleja la luz ultravioleta y ayuda a disipar el calor. Juntas, las fibras de sílice y el nitruro de boro reflejan el 96 por ciento de la luz solar que golpea el tejido. Al mismo tiempo, la capa exterior absorbe el calor del área circundante y emite esa energía como luz infrarroja, lo que también reduce la temperatura bajo la capa a través de un proceso llamado enfriamiento radiativo.
Aunque la capa exterior mantiene el espacio bajo la capa más fresco durante más tiempo que un área sin cubrir, el espacio cubierto se calienta lentamente a lo largo del día. La capa interior, hecha de papel de aluminio, mantiene el espacio cálido por la noche al atrapar parte de ese calor en su interior, similar a una manta de supervivencia aislante.
Los investigadores probaron la durabilidad del material de la capa en varias condiciones extremas. Cocinaron el tejido a 800° Celsius, casi lo suficientemente caliente como para derretir sal de mesa. También lo expusieron a un frío extremo sumergiéndolo en nitrógeno líquido, lo sometieron a la misma cantidad de vibración que un lanzamiento de cohete, lo empaparon en ácido y lo quemaron con un soplete de butano, todo esto sin apenas cambios en la estructura o el rendimiento del material. Esta durabilidad extrema podría ser útil en naves espaciales o entornos extraterrestres, afirma el equipo.
Para ver el tejido en acción, Cui y sus colegas construyeron una capa de tamaño real y la probaron en un coche eléctrico. En un día de verano en Shanghai, la capa mantuvo el coche a unos 23° C, hasta 8 grados C menos que la temperatura exterior y 28 grados C menos que el interior de un coche descubierto. La capa también mantuvo el coche unos 5 grados C más caliente que el aire exterior en una noche de invierno.
La capa "sin duda muestra la capacidad de ahorrar energía, pero el siguiente paso es demostrarlo en pruebas en campo aún más grandes [como techos] para ver el impacto en nuestra vida diaria", dice Cui.
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