Estas pinturas de cuevas sudamericanas revelan una tradición sorprendentemente antigua.

15 Febrero 2024 1880
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Es posible que la gente haya comenzado a crear pinturas rupestres en el extremo sur de América del Sur hace aproximadamente 8.200 años, varios miles de años antes de las estimaciones anteriores basadas en el antiguo arte rupestre de esa región.

La datación de representaciones en forma de peine en una cueva argentina sugiere que eran parte de una tradición de arte rupestre que se extendió por más de 3.000 años y terminó hace unos 5.100 años. Esta información fue reportada el 14 de febrero en Science Advances por investigadores. Los investigadores, dirigidos por la arqueóloga Guadalupe Romero Villanueva, indican que los antiguos sudamericanos pintaron una multitud de diseños en la pared interior de la cueva y en una parte de su techo durante aproximadamente 130 generaciones, presumiblemente para mantener la sabiduría cultural de los grupos locales de cazadores-recolectores.

La investigación inicial implicaba que las condiciones ultrasecas dieron como resultado una América del Sur escasamente poblada durante este tiempo. Los investigadores argumentaron que los grupos pequeños y dispersos habrían requerido una ubicación centralizada para preservar visualmente sus conocimientos y rituales ecológicos.

Según Romero Villanueva, las fechas más antiguas confirmadas del arte rupestre en América se obtuvieron de los pigmentos de pintura utilizados en los diseños rupestres argentinos. Por el contrario, la datación indirecta de crecimientos minerales sobre y debajo de una pintura rupestre de Indonesia sugiere que puede ser el arte rupestre más antiguo conocido en todo el mundo, posiblemente datando de hace 45.500 años (SN: 13/01/21).

La Cueva Huenul 1, la cueva argentina en cuestión, está ubicada aproximadamente a 1.000 metros sobre el nivel del mar en una zona desértica del noroeste de la Patagonia. Su pared interior y una sección de su techo exhiben 895 diseños pintados, entre ellos formas geométricas, líneas en forma de cruz y representaciones de humanos y guanacos, pariente de la llama.

Romero Villanueva y su equipo del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas en Buenos Aires dataron con radiocarbono pequeños fragmentos de cuatro pinturas rupestres comparables con forma de peine. De ellos, tres dieron como resultado estimaciones de edad fiables.

Según la datación de los materiales excavados dentro de la cueva, incluidos huesos de guanaco con marcas de carnicería, se cree que los humanos llegaron por primera vez al sitio hace aproximadamente 11.700 años. Durante los períodos en los que se producía arte rupestre, no hay evidencia de caza ni de ninguna otra actividad cotidiana dentro de la cueva, lo que refuerza la idea de que la cueva evolucionó desde un lugar de uso general hasta un sitio único dedicado a preservar el conocimiento cultural a través del medio. imágenes pintadas.


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