Las hormigas podrían ser los primeros insectos conocidos atrapados en la contaminación por plástico.
Algunas hormigas de las Islas Canarias han recogido un pasajero no deseado: residuos plásticos.
El enredo de plástico se asocia comúnmente con la vida acuática y oceánica. El hallazgo de hormigas envueltas en plástico sugiere que la perniciosa contaminación polimérica del ser humano afecta a una gama más amplia de fauna de la que se pensaba anteriormente, informan los investigadores el 18 de septiembre en Ecological Entomology.
Los científicos observaron los insectos enredados mientras estudiaban 113 hormigas recolectadas en la isla volcánica de La Palma. Una hormiga Lasius grandis estaba atrapada en una fibra delgada y roja, mientras que una hormiga Monomorium estaba envuelta en una fibra negra. Análisis químicos y físicos de las fibras, que estaban entrelazadas alrededor del cuerpo y las patas de las hormigas, revelaron que estaban hechas de plástico.
Los residuos plásticos son famosamente peligrosos para las aves marinas y los mamíferos marinos, pero también pueden causar problemas a los animales terrestres, obstruyendo los intestinos de los camellos y matando a los pájaros cantores. Los científicos también han documentado algunos insectos que interactúan con plásticos. Las larvas de la mosca de las truchas acuáticas pueden usar pequeños fragmentos de plástico para construir sus estuches protectores del cuerpo, dice Bethanie Carney Almroth, ecotoxicóloga de la Universidad de Gotemburgo en Suecia, que no participó en la nueva investigación.
Sin embargo, hay poca evidencia de que el plástico enrede a las hormigas y otros pequeños insectos terrestres. Las hormigas de La Palma representan uno de los primeros ejemplos conocidos de un invertebrado terrestre enredado en basura plástica.
"En los últimos 15 años, hemos adquirido un enorme conocimiento sobre lo que sucede en los ecosistemas marinos, pero es hora de expandirnos a otros sistemas y especies para obtener una perspectiva más amplia", dice el ecólogo urbano Álvaro Luna de la Universidad Europea de Madrid.
Las dos hormigas, que Luna y sus colegas recolectaron en un bosque de pinos y cerca de la cumbre del volcán de La Palma, podrían haber recogido el plástico accidentalmente mientras buscaban alimento. Debido a que las hormigas estaban vivas y móviles cuando fueron capturadas, no está claro si el plástico les causó daño, según Luna.
Los investigadores sospechan que las carreteras adyacentes y los senderos para caminatas podrían ser el origen de las fibras. Las partículas plásticas pueden ser transportadas a largas distancias por el viento hacia áreas remotas como las que se encuentran en partes de La Palma donde el equipo encontró las hormigas, dice la ecóloga marina Melanie Bergmann del Instituto Alfred Wegener de Investigación Polar y Marina en Bremerhaven, Alemania.
Es posible que los insectos hayan estado enredándose en plástico durante mucho tiempo y simplemente no se haya notado. "Cuanto más investigamos, más claro queda que la contaminación plástica es ubicua", dice Bergmann.
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