Una fibra inspirada en los osos polares atrapa el calor tan bien como lo hacen las plumas de ganso.
A pesar del frío extremo del Ártico, los osos polares pueden sobrevivir gracias a su pelaje superaislante. Ahora se ha desarrollado una nueva fibra que imita el pelo poroso de estos osos y los humanos podrían llegar a beneficiarse de ella. Los investigadores han revelado que un suéter hecho con esta fibra podría tener una quinta parte del grosor de un abrigo de plumas pero proporcionar el mismo nivel de calidez, como se publicó en Science el 22 de diciembre.
Al igual que el pelo de oso polar, la nueva fibra tiene un núcleo lleno de miles de poros, que son pequeñas bolsas de aire que ayudan a conservar el calor. Este núcleo está rodeado por una funda flexible e impermeable. A diferencia del cabello normal que está hecho de queratina, el núcleo de esta fibra está construido a partir de un material sintético conocido como aerogel.
Los aerogeles, que son geles porosos y ultraligeros, actúan como excelentes aislantes. La NASA los emplea para aislar piezas de cohetes, con la capacidad de soportar calor intenso. Sin embargo, la fragilidad de los aerogeles a menudo restringe su aplicación en textiles.
Para construir un aerogel más duradero, el científico de materiales Hao Bai y su equipo hilaron y congelaron un hilo de aerogel hecho de quitosano, un polímero que se encuentra en los exoesqueletos de los mariscos. Al liofilizar la cuerda y recubrirla con un plástico flexible denominado poliuretano termoplástico, se fortaleció el hilo. La fibra terminada puede transportar hasta 500 gramos (aproximadamente el peso de tres bolas de billar) y se puede teñir, lavar y tejer. Tiene una textura que se sitúa entre el plástico y el algodón, según Bai, de la Universidad de Zhejiang, Hangzhou, China.
Bai cree que el producto podría estar pronto a disposición del público en general, además de ser utilizado por grupos especializados como agencias espaciales o militares.