Moda y lujo: la transición ecológica avanza, pero a un ritmo lento.
La transición ecológica en los ámbitos de la moda y el lujo avanza, aunque a un ritmo lento. En los últimos tiempos, el desarrollo sostenible ha ocupado un lugar central en el sector de la moda y el lujo en lo que respecta a la inversión, la regulación, la comunicación, la cadena de suministro y la producción. Sin embargo, el progreso en este ámbito es complejo, como lo vio el Foro de Moda Sostenible de Venecia, donde se pusieron a prueba cuestiones como los retrasos en la implementación de la transición, las disparidades entre el Norte y el Sur y los impactos ambientales y sociales, y las contradicciones entre el comportamiento y la conciencia del consumidor. el microscopio.
El año pasado se inició en Italia, primer productor de artículos de lujo de Europa, la cumbre de Venecia, evento celebrado los días 26 y 27 de octubre que pretendía posicionarse como el nuevo estándar de desarrollo sostenible. Coordinada por Sistema Moda Italia (SMI), The European House - Ambrosetti y Confindustria Veneto Est, la segunda edición de la cumbre se enmarcó en torno al tema "Impulsar la transición". Flavio Sciuccati, director global de la división de moda de Ambrosetti, enfatizó la urgencia de un cambio dentro del sector.
Coincidiendo con el evento, se llevó a cabo un estudio detallado en el que participaron alrededor de 2.800 fabricantes de la cadena de suministro y 100 de las principales empresas de moda europeas. El estudio divulgó que en 2020, los 27 miembros de la UE produjeron 6,9 millones de toneladas de productos textiles terminados, lo que tuvo un impacto ambiental sustancial. El informe también predijo un fuerte aumento en la demanda de textiles y accesorios, que potencialmente podría duplicarse para 2025.
Mientras tanto, los residuos textiles van en aumento; Los consumidores de la Unión Europea generan entre 5,2 y 7,5 millones de toneladas de residuos textiles al año, lo que se traduce en casi 26 mil millones de prendas de vestir, con un crecimiento proyectado del 20% para 2030. Sin embargo, solo tres de cada 35 prendas de vestir desechadas se reciclan cada año. cuestionando así la validez del compromiso de las marcas y los minoristas hacia una economía circular.
El impacto social del sector de la moda también parece estar rezagado, como lo demuestran las persistentes protestas de los trabajadores textiles en Bangladesh. El informe Ambrosetti revela que menos del 2% de los trabajadores mundiales del sector se benefician de un salario adecuado y un contrato de trabajo adecuado.
La diferencia entre la intención declarada de las empresas occidentales de funcionar de forma más ética y responsable y la situación real sobre el terreno, especialmente en el Sur, fue un importante punto de discusión en el Foro de Moda Sostenible de Venecia. Una interesante narrativa compartida por Matteo Ward, experto en desarrollo sostenible y cofundador de la marca ecológica Wråd, destacó la terrible situación de las fábricas textiles en las afueras de Dhaka.
A pesar de las dificultades obvias, se están logrando avances dentro del sector, como lo demuestran las investigaciones. En tan solo un año, se ha duplicado el número de empresas certificadas por el Carbon Disclosure Project (CDP). En 2022, 71 de cada 100 empresas habían adoptado criterios ESG y, curiosamente, en 2023, el 78% de las empresas con una facturación de entre 50 y 80 millones de euros se enfrentaron a presiones de los bancos sobre su desempeño en materia de sostenibilidad.
Sin embargo, con los desafíos actuales, como la caída del poder adquisitivo, el aumento de los costos de la energía y las materias primas, la inestabilidad geopolítica, las pandemias, entre otros, la transición ecológica sin duda se está desacelerando. Sin embargo, colaboraciones innovadoras dentro de la industria de la moda, como el proyecto 'Re-Nylon' de Prada, ofrecen un atisbo de esperanza para un futuro más sostenible.
También existen opciones estratégicas para que las empresas capeen la transición, como transferir costos al mercado elevando sus precios o reduciendo parcialmente sus márgenes. Además, existe un llamado a una nueva narrativa que acentúe el valor de los productos sustentables. Según Luca Solca, analista financiero de Bernstein, las empresas que integran con éxito estos valores en su ADN tienden a obtener mejores resultados.